Definición de tarifa de adquisición

¿Qué es una tarifa de adquisición?

El arrendador cobra una tarifa de adquisición, a veces incluida en el precio de un arrendamiento o préstamo, para cubrir los gastos, generalmente de tipo administrativo, en los que incurre al establecer dicho arrendamiento o préstamo. Las tarifas de adquisición también pueden referirse a los cargos y comisiones pagados por la adquisición o compra de bienes inmuebles.

Una tarifa de adquisición de préstamo no debe confundirse con un costo de adquisición o el costo total que una empresa reconoce en sus libros de propiedad o equipo después de ajustar los descuentos, incentivos y otros gastos necesarios, pero antes de los impuestos sobre las ventas.

Comprender las tarifas de adquisición

Una tarifa de adquisición es un cargo de un prestamista o arrendador para cubrir los gastos incurridos para organizar un contrato de préstamo o arrendamiento. Los ejemplos comunes incluyen costos de cierre, comisiones de bienes raíces y tarifas de desarrollo y/o construcción. Un comprador, o arrendador, puede pagar tarifas de adquisición por adelantado o agregarlas al monto del préstamo o arrendamiento (es decir, pagarlas durante el plazo del préstamo).

A veces, las tarifas de adquisición pueden estar ocultas en el precio de compra o arrendamiento, lo que puede aumentar significativamente el precio de adquisición para el comprador o arrendatario desprevenido. El comprador o arrendatario debe, por lo tanto, insistir en una explicación clara y un desglose de la tarifa de adquisición.

Un prestatario generalmente debe pagar cualquier tarifa de adquisición por adelantado y por separado en lugar de incluirla en el monto del préstamo, ya que esto puede generar gastos de intereses significativamente más altos durante el plazo del préstamo.

Comisiones de Adquisición en Inversiones Inmobiliarias

Invertir en bienes raíces a menudo requiere un enfoque distinto para invertir en otras clases de activos. Bienes raíces se define como propiedad, incluyendo la tierra y los edificios en ella, así como los recursos naturales de la tierra (por ejemplo, flora y fauna sin cultivar, cultivos y ganado, agua y depósitos minerales). Los bienes raíces residenciales incluyen terrenos no urbanizados, casas y condominios; los bienes raíces comerciales consisten en edificios de oficinas, almacenes y tiendas minoristas; y los bienes inmuebles industriales pueden ser fábricas, minas y granjas.

Lo que hace que invertir en una propiedad de alquiler sea más desafiante que muchas otras inversiones es la cantidad de tiempo y trabajo que el inversionista debe dedicar a su mantenimiento. Si compra una acción que cotiza en bolsa, generalmente se encuentra en su cuenta de corretaje y aumenta su valor; sin embargo, si invierte en una propiedad de alquiler, la posición de propietario implica el cobro del alquiler, así como reparaciones, calefacción, plomería y otros servicios públicos. Los propietarios también pagarán por investigar a los posibles arrendatarios e incluso por tener que lidiar con demandas en ocasiones si los arrendatarios incumplen sus contratos de arrendamiento. Por esta razón, muchos inversores se alejan de las inversiones directas en bienes raíces.

Por su trabajo en la gestión de fondos inmobiliarios, los gestores de cartera suelen recibir determinadas comisiones de adquisición. Estos se corresponden con el inicio del fondo, a menudo junto con otros costos de financiación, negociación, oferta y organización. Al administrar un fondo inmobiliario, a diferencia de otros tipos de fondos que invierten en valores menos tangibles, surgen varias tarifas operativas en la creación de fondos inmobiliarios, como arrendamiento, administración de propiedades, administración de construcción y disposición cuando el fondo se disuelve.